La comunidad de Marianao está de duelo, nos deja una persona que ha tenido un papel fundamental en la Fundación Marianao, desde los inicios de la organización y después como miembro del Patronato. Una persona clave en la construcción de este barrio como un territorio solidario y de oportunidades.
Nacido en Villamor de Órbigo (León) el 1950, llegó a Sant Boi en los años 70 para formarse y trabajar como enfermero en el Hospital de San Juan de Dios. En esta ciudad se estableció y formó pareja con su compañera, Manoli PRada, con quien tuvo tres hijos: Ramiro, Ana y Miguel. En Sant Boi ha vivido toda una vida caracterizada por su compromiso con la justicia social y su participación en multitud de espacios como la Asociación de Vecinos El Poblet-Marianao, la Comunidad Cristiana Popular, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca o la HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica).
Ramiro ha dejado una huella imborrable en nuestra comunidad. Ha estado siempre al lado de las personas y los colectivos que se encuentran en una mayor indefensión y exclusión social, un alma que ha generado vida y esperanza en muchas personas. Ha sido su forma de ser y de vivir, que ha contagiado a todas aquellas personas que han tenido el placer de conocerlo, compartiendo con ellas proyectos, inquietudes, luchas y esperanzas.
Ramiro ha muerto físicamente, pero continuará presente desde otra dimensión, en el corazón de la comunidad pequeña, joven y mayor de Marianao, y en muchas personas de Sant Boi y múltiples lugares con las que ha compartido la causa del amor solidario, la justicia y la defensa de las personas empobrecidas.
Querido amigo: siempre estarás en nuestro corazón. ¡Te queremos, Ramiro!